Las ideas nacen de la necesidad.
Nacen en la calentura del hambre.
Crecen embarbascando la penuria.
Podemos afirmar que la necesidad es el río revueltos que algunos con mala idea necesitan para faenar.
Tres tristes jinetes del apocalipsis hacían leña del árbol caído por la calamidad.
No se mide el ingenio en la opulencia si no en la precariedad.
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