martes, 2 de octubre de 2012

Tuya es la culpa

Será en la chocante charada donde te rinda tributo.
Patéticos los dientes de perro de tus costuras.
Te estimo en tus mangas sin puñetas.
En el ejercito que lideras, digno de una maharani cucaracha.
Si, los más grandes parásitos están en tu casa.
Mientras la larguiruta se cimbrea, rezare el rosario, de acarreo como todo lo mio.
Yo a solas, desprovisto de vicios, en el almíbar de plata, me encomendaré al santísimo.
Entre calas, lilas y marchitas amapolas, pediré perdón por ti.
Nada teme quien ningún mal ha hecho y para más inri nada elide.
En mi iris color melocotón se puede ver tu naufragio.
Garza azul de malas entrañas, sólo tuya es la culpa, viciada en estratagemas de zampón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario