Si yo no te quisiera no existirías.
El hollar de tu desdén, ara y no siembra y si siembra es sarna.
En el vórtice de los pensamientos atroces, he pensado en desfallecer.
Desterrado en esta ruidosa vorágine, desposeído de mis alhajas y escarnecido en mi indumentaria me lamento de mis desafectos.
Porto el estigma de la injusta pedrada.
Ver para creer, creer para crecer.
Esta en barbecho mi alma y la brisa reseca mi exiguo humus, nada pardo es mi presente.
Volteó la tierra el sangriento arado y siguen los cortes sin restañar.
Creer para crecer, creer para menguar.
¿Sera este mi norte? no lo sé, la fuerza gravitatoria me hace en este punto tan pesado y tan lento.
Crecer para menguar, menguar para desaparecer.
En el vórtice de la desesperación pienso en rendirme a su vorágine succionadora.
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