domingo, 7 de octubre de 2012

Marina

Te llorare en la temprana orfandad, en el urgente abandono, en el desorden de tu traslado, lamentare en el runrún de los voraces pensamientos de fragilidad, tu repentina marcha, y como el implacable olvido te edulcorara y diluirá tu almíbar en el vasto océano de la cotidianidad. Construir, para que en un instante el tiempo arrase la ciclópea labor. Has marchado al estanco otro mundo, donde están t
us padres y tus ancestros. Y allí también con los míos los que como tu, yo también perdí, espero que seas feliz y te sientas querida por la cálida espiral de los ángeles y los seres puros e ingenuos como tu. Adiós te digo, adiós mar en calma y sosegado, discreta brisa MARINA, te has marchado y deseo que no te olvides tu de nosotros, los que quedamos aquí, esperando el rendir cuentas, pide por nosotros, que nuestras cuentas sean claras como las tuyas, niña MARINA que ayer encontraste de nuevo los perdidos afectos de tu bella sangre, hasta pronto brisa fresca de MAR.




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